sábado, octubre 25, 2025
InicioPlagasPulgones o Áfidos - Aphidoidea y su Control Biológico

Pulgones o Áfidos – Aphidoidea y su Control Biológico

¿Por qué algunas plantas se ven pegajosas y con hojas rizadas mientras otras están sanas? Los pulgones o áfidos de la superfamilia Aphidoidea son una de las plagas más frecuentes en huertos, jardines y cultivos comerciales pero también son actores clave en redes ecológicas complejas.

En este articulo te voy a contar, de forma directa y sin rodeos, qué los hace difíciles de eliminar: su reproducción rápida (muchos ciclos asexual/partenogenético), la capacidad de producir individuos alados que dispersan colonias, y sus adaptaciones fisiológicas para extraer floema, como piezas bucales tipo estilete y mecanismos para manejar la presión osmótica del jarabe suculento que excretan.

¿Qué implicaciones trae esto para ti como agricultor, aficionado o técnico? Implica riesgo de transmisión de virus, debilitamiento de plantas y aparición de melaza y fumagina que reducen la fotosíntesis y el valor comercial del cultivo.

Te propondré una mezcla de información técnica y consejos prácticos: aprenderás a identificar signos tempranos, diferenciar especies comunes, entender su papel en el ecosistema (sí, también tienen beneficios indirectos) y aplicar estrategias de control natural con base en manejo integrado de plagas (MIP).

Clasificación Taxonómica

La superfamilia Aphidoidea agrupa a los pulgones verdaderos; dentro de ella hay familias y géneros con diferencias morfológicas sutíles pero ecológicamente importantes. A continuación verás la clasificación taxonómica resumida en las categorías más relevantes para identificación y manejo.

  • Reino: Animalia
  • Filo: Arthropoda
  • Clase: Insecta
  • Orden: Hemiptera (suborden Sternorrhyncha)
  • Superfamilia: Aphidoidea
  • Familias principales: Aphididae, Adelgidae, Phylloxeridae (incluye grupos con ciclo de vida especializado)
  • Géneros representativos: Aphis, Myzus, Macrosiphum, Rhopalosiphum, Sitobion
  • Especies de interés agronómico: Aphis gossypii, Myzus persicae, Schizaphis graminum, Rhopalosiphum padi

Esta lista no es exhaustiva pero te da el mapa necesario para ubicar a los áfidos dentro de la jerarquía biológica y priorizar especies según el cultivo.

¿Qué son los Pulgones o Áfidos?

Aphidoidea agrupa a los insectos comúnmente llamados pulgones o áfidos que son hemípteros fitófagos con especialización en el consumo de savia (floema).

Filogenéticamente, pertenecen al suborden Sternorrhyncha, emparentados con moscas blancas, cochinillas y psílidos; grupos de plagas que comparten piezas bucales penetrantes y hábitos sedentarios en sus estados inmaduros. ¿Sabías que el término “Aphidoidea” deriva del latín/greco-latino “aphid-” usado históricamente para referirse a esta plaga?

El vocablo popular “pulgón” no está ligado a pulgas; es un nombre coloquial que resalta su pequeño tamaño y movimiento en colonias. En la práctica, llamar a estos insectos “áfidos” te coloca en el marco técnico; llamarlos “pulgones” hace la comunicación con agricultores más clara.

Desde el punto de vista funcional, se consideran plagas de tipo voraz-saprófago especializadas en el floema: no mastican tejidos sino que succionan líquidos ricos en azúcares y aminoácidos.

Esto determina su papel como vectores de patógenos vasculares (virus y algunos bacterias) y explica por qué las plantas muestran síntomas sistémicos en lugar de daños puntuales. ¿Te interesa la posición taxonómica práctica? Dentro de Hemiptera son uno de los grupos más diversificados y con mayor impacto agrícola.

Especies y Familias Representativas

La superfamilia Aphidoidea incluye miles de especies descritas (varios miles dentro de Aphididae solo) y decenas de familias históricas, aunque en la práctica se manejan principalmente tres familias con impacto agrícola: Aphididae (la más grande y diversa), Adelgidae (especialistas de coníferas) y Phylloxeridae (con ciclos complejos en algunas plantas hospedantes).

Dentro de Aphididae hay subfamilias y tribus que agrupan pulgones de hoja, de raíces y pulgones que alternan hospedantes entre especies leñosas y herbáceas. ¿Quieres nombres concretos que vas a encontrar en campo? Myzus persicae (pulgón verde de la fruta y hortalizas), Aphis gossypii (pulgón del melón y cucurbitáceas), Rhopalosiphum padi (pulgón de los cereales) y Macrosiphum euphorbiae (pulga rosa de la papa) son ejemplos con alta relevancia económica y características de ciclo y resistencia a insecticidas bien documentadas.

Conocer especies clave te permite priorizar medidas: algunas especies son polífagas y tolerantes a estrés nutricional, lo que favorece explosiones poblacionales bajo fertilización nitrogenada excesiva; otras, como los de Phylloxeridae, tienen fases que dañan raíces o provocan agallas específicas, y requieren estrategias distintas (manejo del suelo, rotación).

Además, la existencia de “biotipos” dentro de una especie (variantes con distinta capacidad de infectar cultivares o resistir insecticidas) hace que la identificación y el monitoreo continuo sean imprescindibles para un control efectivo y sostenible.

Características de los Pulgones

Características de los Pulgones
Características de los Pulgones

Una de las primeras cosas que notarás cuando observes un pulgón de cerca es su cuerpo blando y delicado, que carece de esqueleto rígido. Esta característica les da flexibilidad para adaptarse a distintos tejidos vegetales, pero también los hace vulnerables a depredadores y condiciones climáticas extremas.

Otro rasgo inconfundible son los cornículos: pequeños tubos en el abdomen que secretan sustancias defensivas, como cera o líquidos pegajosos, para ahuyentar a enemigos naturales. La longitud, forma y color de estos cornículos son claves para la identificación de especies, así que si trabajas en monitoreo, una lupa de mano es tu mejor aliada.

Además, dentro de una misma especie puedes encontrar formas aladas (aladas) y sin alas (ápteras). Las ápteras se dedican a la reproducción y alimentación en la planta hospedera, mientras que las aladas aparecen cuando hay sobrepoblación o deterioro del hospedante, y están diseñadas para dispersarse.

Su diferencia no es solo estética: las aladas tienen músculos potentes en el tórax y cutícula ligeramente más endurecida, lo que les permite viajar con ayuda del viento o incluso en corrientes de aire dentro de invernaderos. ¿Te has encontrado especímenes con alas y sin alas en la misma planta? Eso suele indicar que la colonia está lista para expandirse.

Señales de su Presencia en Plantas

Identificar a tiempo una infestación de pulgones es la clave para un control efectivo, y las señales que dejan son muy características. La más evidente es la melaza o honeydew, una sustancia pegajosa y brillante que excretan mientras se alimentan del floema.

Esta melaza se acumula en hojas, tallos e incluso frutos, y actúa como un imán para hormigas, que a menudo protegen a los áfidos de sus depredadores a cambio de alimentarse de ella. Si notas una actividad inusual de hormigas en tus plantas, probablemente tengas una colonia de pulgones trabajando de forma silenciosa.

Otros síntomas incluyen hojas rizadas y deformadas debido a la succión constante de savia, clorosis (pérdida de color verde por deficiencia de clorofila) y la aparición de moho negro o fumagina sobre la melaza acumulada.

Este hongo superficial no penetra los tejidos, pero reduce la fotosíntesis y afecta gravemente la planta, algo crítico en cultivos ornamentales o frutales de exportación. ¿Has visto manchas negras en hojas pegajosas? Es un claro indicio de que esta plaga lleva tiempo instalados y que la población ya está causando estrés severo a la planta.

Ciclo de Vida y Biología de Áfidos

Reproducción

Los áfidos tienen uno de los ciclos reproductivos más flexibles y eficientes del reino insecto. En condiciones favorables, la mayoría se reproduce por partenogénesis, es decir, las hembras generan crías vivas sin necesidad de aparearse, y esas crías ya nacen listas para alimentarse y crecer rápidamente.

Esto permite que una sola hembra fundadora produzca varias generaciones en pocas semanas, con poblaciones que pueden duplicarse en cuestión de días. Dependiendo de la especie y el clima, pueden darse entre 10 y 30 generaciones anuales.

En cambio, cuando el clima cambia o el hospedante se agota, muchas especies desarrollan formas sexuales: machos y hembras que se aparean para producir huevos resistentes al frío o la sequía. Este cambio de estrategia asegura la supervivencia durante el invierno o estaciones secas.

Curiosamente, algunas especies mantienen ciclos estrictamente partenogenéticos en climas cálidos, lo que explica por qué en invernaderos o zonas tropicales las infestaciones pueden ser continuas todo el año.

Alternancia de Hospedadores y Dispersión

Un rasgo fascinante de muchos pulgones es la alternancia de hospedadores. Esto significa que pasan parte del año en una planta primaria (generalmente leñosa) y la otra parte en una secundaria (herbácea), lo que les da acceso a diferentes fuentes de alimento y reduce la competencia.

Myzus persicae, por ejemplo, inicia su ciclo en frutales de hueso y migra a hortalizas y malezas durante el verano. Esta alternancia también facilita la dispersión geográfica y el acceso a nuevos cultivos.

Las formas aladas desempeñan un papel crucial en la dispersión, pudiendo viajar kilómetros ayudadas por corrientes de aire. Incluso el transporte humano contribuye: plantas infestadas pueden llevar colonias ocultas en viveros, mercados y envíos agrícolas.

¿Tienes un invernadero cerrado y crees que los afidos no pueden entrar? Basta que una planta infestada llegue del exterior para que se convierta en un punto de origen de una nueva colonia.

Factores que Favorecen Brotes

Los brotes de pulgones no son fruto del azar; responden a condiciones muy específicas que aceleran su reproducción. Las temperaturas templadas a cálidas (15 °C a 25 °C) favorecen su desarrollo, mientras que el exceso de humedad relativa puede mejorar la supervivencia de las ninfas.

Sin embargo, la temperatura óptima para muchas especies no es la más alta posible, ya que el calor extremo puede reducir su longevidad, pero no necesariamente su reproducción en corto plazo.

Otro factor clave es la fertilización nitrogenada excesiva. Un aporte alto de nitrógeno incrementa la concentración de aminoácidos libres en la savia, volviendo a la planta más nutritiva para esta plaga.

Esto explica por qué cultivos bien abonados pero sin control poblacional de plagas pueden sufrir explosiones repentinas. Si quieres prevenir brotes, regula el nitrógeno y combina tu manejo de fertilización con monitoreo regular.

Plantas Afectadas por Pulgones

Plantas Afectadas por Áfidos
Plantas Afectadas por Áfidos

Los pulgones tienen una dieta amplia, pero cada especie suele mostrar preferencias claras. En cultivos agrícolas, destacan como plagas en cereales (trigo, cebada, maíz), leguminosas (habas, soya, lentejas), hortalizas (pimientos, pepinos, lechugas) y frutales (manzanos, melocotoneros, cítricos).

En ornamentales, afectan rosas, crisantemos, hibiscos y geranios, donde el daño estético es tan importante como el fisiológico. ¿Sabías que algunos atacan específicamente raíces? Estos pueden pasar desapercibidos hasta que la planta presenta marchitez general.

Geográficamente, están presentes en casi todo el mundo, desde zonas templadas hasta tropicales, y se adaptan con facilidad a invernaderos y ambientes urbanos. En América Latina, Myzus persicae y Aphis gossypii son los más problemáticos en horticultura y fruticultura; en climas templados de Europa y Norteamérica, especies como Rhopalosiphum padi y Sitobion avenae dominan en cereales.

Esta distribución global significa que, sin importar dónde cultives, es probable que alguna especie local de pulgón esté lista para colonizar tus plantas si las condiciones se lo permiten.

Mecanismo de Daño

Daños Directos

El daño directo de los pulgones o áfidos comienza con su alimentación: insertan sus estiletes en el floema para succionar savia rica en azúcares y aminoácidos. Este proceso interrumpe el flujo de nutrientes y agua, debilitando la planta de forma progresiva.

En infestaciones severas, notarás un crecimiento lento, hojas arrugadas y tallos débiles, lo que reduce el rendimiento y la calidad del producto final. ¿Has visto hojas jóvenes retorcidas y brotes que parecen “quemados”? Esa deformación es un claro signo de la actividad de pulgones en crecimiento activo.

Además, la pérdida de savia altera el balance hormonal de la planta, generando brotes deformes y flores defectuosas. En hortalizas de hoja como la lechuga o la espinaca, esto significa menos peso comercial y menor atractivo visual; en frutales, la calidad del fruto se ve afectada por menor tamaño y desarrollo incompleto.

Incluso en ornamentales, el daño directo puede hacer que una planta pierda su valor estético, lo cual es un golpe fuerte en la producción para venta.

Daños Indirectos

Estas plagas no solo dañan físicamente a la planta, sino que son vectores de más de 100 virus vegetales, muchos de ellos de transmisión persistente y no persistente. Esto significa que pueden adquirir un virus en segundos y transmitirlo de inmediato a otra planta, o bien mantenerlo en su cuerpo durante toda su vida, propagándolo de forma continua.

Ejemplos incluyen el virus del mosaico del pepino (CMV) y el virus del enrollamiento de la hoja de la papa (PLRV), ambos con consecuencias graves para la producción.

La melaza que excretan favorece el desarrollo de hongos como la fumagina (Capnodium spp.), que cubre hojas y frutos con una capa negra y pegajosa. Aunque este hongo es superficial y no penetra tejidos, bloquea la luz y reduce la fotosíntesis, debilitando aún más la planta.

En cultivos de exportación, la presencia de fumagina puede ser motivo de rechazo en mercados internacionales debido a las exigencias estéticas y fitosanitarias.

Control Biológico de Aphidoidea

Larva de mariquita cazando un pulgón
Larva de mariquita cazando un pulgón

Los pulgones o Aphidoidea son plagas que cuentan con varios enemigos naturales que ayudan a mantener sus poblaciones bajo control. Entre los principales depredadores destacan las mariquitas (Coccinellidae), especialmente especies como Coccinella septempunctata y Hippodamia convergens, que en su fase larvaria y adulta consumen gran cantidad de pulgones diariamente.

También son importantes las crisopas verdes (Chrysoperla carnea), cuyos estados larvarios, conocidos como “leones de los áfidos”, se alimentan de grandes cantidades de áfidos, ácaros y otros insectos pequeños, convirtiéndolas en un recurso clave en programas de control biológico. Otro grupo esencial son los sírfidos (Diptera: Syrphidae), cuyas larvas son voraces consumidoras de esta plaga, mientras que los adultos se alimentan de néctar y polen, aportando además beneficios en la polinización.

Además de los depredadores, existen parasitoides específicos de pulgones que juegan un papel fundamental en el control biológico. El género Aphidius (Hymenoptera: Braconidae) es uno de los más conocidos, con especies como Aphidius ervi, ya que sus hembras depositan los huevos dentro de los Aphidoidea, y la larva en desarrollo consume al huésped desde dentro hasta matarlo.

Estos pulgones parasitados forman las conocidas “momias”, fácilmente reconocibles en los cultivos. También hay depredadores especializados como Aphidoletes aphidimyza, un díptero cuyas larvas se alimentan exclusivamente de esta plaga. A este control se suman hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana y Lecanicillium lecanii, que infectan y matan a los afidos bajo condiciones favorables de humedad, contribuyendo al equilibrio natural.

Manejo Integrado de Plagas (IPM)

Opciones Orgánicas

En el manejo orgánico, aceites vegetales como el aceite de neem (Azadirachta indica) y jabones potásicos son efectivos para sofocar y deshidratar pulgones sin dañar tanto a los enemigos naturales. El truco está en aplicar directamente sobre las colonias, cubriendo el envés de las hojas, donde suelen concentrarse. Alternar productos y combinar métodos es la mejor manera de evitar resistencia y mantener el equilibrio biológico.

Uso Responsable de Insecticidas

Si decides usar insecticidas químicos, el momento y el producto marcan la diferencia entre un control efectivo y un desastre ecológico. Elige moléculas específicas para áfidos (como pirimicarb o flonicamid) y evita los insecticidas de amplio espectro, ya que eliminan a los depredadores y parasitoides que podrían mantener a raya futuras generaciones. Aplica solo cuando el monitoreo indique que la población ha superado el umbral económico de daño; no uses insecticidas de manera preventiva sin justificación técnica.

La aplicación dirigida (focalizada en las áreas infestadas) y en horarios de baja actividad de polinizadores ayuda a reducir el impacto ambiental. También es clave rotar modos de acción según la clasificación IRAC para prevenir resistencia. Recuerda: matar a todos los insectos no es el objetivo, sino mantener el equilibrio en tu cultivo.

Preguntas Frecuentes

¿Los pulgones muerden a las personas?

No, los pulgones no muerden ni pican a las personas. Sus piezas bucales están diseñadas exclusivamente para perforar tejidos vegetales y succionar savia. Si alguna vez has sentido un cosquilleo al manipular plantas infestadas, probablemente fue por contacto con la melaza pegajosa o con hormigas asociadas a estas plagas, no por un ataque directo del insecto.

¿Por qué las hormigas los protegen?

Las hormigas actúan como “pastoras” de los áfidos porque obtienen de ellos la melaza que producen al alimentarse. A cambio, defienden las colonias contra depredadores como mariquitas y crisopas. Esta relación mutualista es tan efectiva que, en algunos casos, las hormigas trasladan pulgones a nuevas plantas para iniciar nuevas colonias. Si quieres controlarlos de forma efectiva, también debes manejar la presencia de hormigas en tu cultivo.

¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer una infestación?

El tiempo depende de la severidad de la infestación, las condiciones ambientales y las medidas de control que apliques. Con control biológico bien establecido, puedes ver una reducción notable en 1 a 2 semanas. Si usas insecticidas selectivos o tratamientos orgánicos, el efecto puede ser visible en pocos días, pero es probable que necesites reaplicaciones para eliminar nuevas generaciones. El seguimiento constante es clave para que el problema no reaparezca.

Ivan Valdivia
Ivan Valdiviahttps://ecoinsectos.com
¡Hola! Soy Iván Valdivia, creador de ecoinsectos.com. Desde siempre me ha fascinado la naturaleza y la forma en que los ecosistemas se autorregulan. Estudié ciencias ambientales y he trabajado en el manejo de cultivos ecológicos, donde descubrí el enorme potencial de los insectos beneficiosos para el control biológico de plagas. A través de este blog, quiero compartir información útil para quienes buscan soluciones sostenibles, ya sean agricultores, dueños de huertos o simplemente amantes de la biodiversidad.
RELATED ARTICLES

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Most Popular

Recent Comments